pudo ser otra, pero fuiste tu
Permaneci inmovil, nervioso, sentado en aquella vieja silla de aquel viejo hotel. Creo que no se escuchaba mas que el latir de mi corazon, y una acelerada respiracion que a buen seguro era la mia. Hacia un poco de frio, y la unica luz, recortada por una gastada cortina y por su propio cuerpo, se colaba desde las invernales farolas de la lluviosa calle. Ella estaba frente a la ventana, exhibia su cuerpo de manera casi obscena, tras haberse despojado delicadamente de cada prenda, y haberla arrojado sobre la alfombra.
Sin embargo, el que estaba desnudo era yo.
Sin embargo, el que estaba desnudo era yo.
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turista -
G. -
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